La noche de San Juan, una de las festividades
características de la cultural boliviana, es una de las celebraciones que más
cambios ha tenido a lo largo de las décadas. Desde su origen pagano-cristiano,
pasando por su simbiosis con la cultura andina.
Orígenes
La celebración de San Juan tiene su origen en la
cristianización de la fiesta de celebración del solsticio de verano en Europa,
es decir, cuando, tras el día más largo del año el sol empieza a decaer y los
días comienzan a acortarse.
Para conmemorar esta ocasión, lo tradicional era encender
hogueras para purificar el sol y darle fuerza.
El cristianismo asimiló la tradición de origen pagano, como
muchas otras, y la adaptó a su calendario, motivo por el que la costumbre de
prender las hogueras quedó unida al nacimiento de San Juan Bautista.
Se trata del único santo por el que se celebra una
festividad en el día de su nacimiento, ya que lo habitual es festejar el
aniversario de sus muertes o el traslado de sus reliquias.
En los Andes, los Incas ya celebraban la noche del 23 y 24
de junio. Esa celebración se llamaba el Inti Watana lo que significa en la
“fiesta del sol”.
Wilfredo Camacho, investigador social “Las costumbres que
insertaron en las comunidades locales era de escuchar la misa y luego de ello
se realizaba una fogata gigante de Sunchu”
Se realizaban hogueras familiares en las cuales, se quemaban
muebles y cosas viejas de madera que se reunían a lo largo del año anterior,
con el símbolo de deshacerse de lo viejo para dar paso a lo nuevo.
También era tradicional poner papas y carne en las brasas,
alimentos que eran ofrecidos a los asistentes de las fogatas.
También era tradicional poner papas y carne en las brasas,
alimentos que eran ofrecidos a los asistentes de las fogatas.
Modernización de la celebración
En décadas recientes la celebración se fue añadiendo nuevas
costumbres a la realización de las fogatas.
La utilización de fuegos pirotécnicos fue una de las nuevas
características que devino a lo largo de los años, los cuales eran manipulados
especialmente por los niños.
Asimismo, se hizo popular el consumo de salchicha y la
realización de parrilladas en reuniones familiares.
Nueva connotación ecológica
“Vemos que el medio ambiente va mejorando poco a poco, ya no
hay tanta fogata y las personas ahora nos reunimos a comer algunos chorizos o
alguna parrillada”, manifestó Flaviano Unzueta, un ciudadano que se encontraba
realizando compras de alimentos para esta celebración.
“Antes había más expectativa por los fuegos pirotécnicos,
ahora ya no, ya no hay esa tradición”, dijo por su parte Natalio Mejía,
comerciante de la calle 25 de Mayo, lugar que en años anteriores era
característico la venta de fuegos artificiales en esta fecha.
Los gobiernos municipales cada año ofrecen una mayor
cantidad de actividades culturales para que la población se abstenga de
realizar fogatas y adquiera nuevas costumbres ecológicas.